Tolerancia

Las personas a mi alrededor suelen suponer, al ver que nunca grito, lloro ni frunzo el ceño siquiera cuando se me hiere, que seguramente tengo gran tolerancia al dolor. La verdad del asunto es que se equivocan; me duele tanto como a cualquiera. La única diferencia es que no reacciono, porque no me gusta hacer un alboroto al respecto.

Publicado en

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s