Entregar todo tu ser a quien no te corresponde de la misma manera y con la misma intensidad y pasión eventualmente te hará añicos, polvo. Irremediablemente, al final del escabroso sendero, te quedarás sin nada, completamente vacío, mirando con aguda aflicción aquel sombrío y álgido abismo que acogerás en tu atrozmente devastado y agonizante corazón.