Ser bueno en matemáticas, en programación o en cualquier aspecto técnico de alguna profesión no te hace una persona inteligente; la inteligencia real implica ser bueno para vivir, y ser bueno para resolver los diversos problemas que plantea la vida.
Ser bueno en matemáticas, en programación o en cualquier aspecto técnico de alguna profesión no te hace una persona inteligente; la inteligencia real implica ser bueno para vivir, y ser bueno para resolver los diversos problemas que plantea la vida.