Si de momentos piensas que, sin quererlo así, estás lastimando a una persona que amas, tienes dos opciones:
1) Sentirte mal contigo por ello y alejarte para evitarle más dolor;
2) Hacer a un lado las conjeturas y las dudas, asegurarte si realmente le hieres, y, en ese caso, dejar de hacerlo, simplemente.
Tristemente, la primera opción suele ser la favorita de la gente, por lo general debido al desconocimiento de la segunda. Alejarse es, en la mayoría de los casos, lo que verdaderamente produce el deterioro, y lo que, tenlo por seguro, lastimará a esa persona.
No cometas ese error. Puede que la segunda opción parezca más complicada, pero es en realidad la más sencilla, y la mejor. No lo arruines eligiendo erradamente entre estas dos alternativas. En verdad, no lo hagas.
Lo peor es que la primera razón es más utilizada por una doble razón, una egoista… porque si lo hablas y «sabes» que heriste a esa persona, te sentirás mal contigo mismo… en cambio, si «huyes», acabaras haciendote creer que la otra persona es una exagerada, que no tuviste la culpa…