Horizonte

Algo en mí se agita, exhaustivamente, conmoviendo mi interior.  Algo en mí se sacude, se mueve.  Algo en mí existe, persiste.  Algo en mí está aquí, adentro, alzándose y palpitando candentemente como si no hubiera un mañana.

Creo que hoy es un día especial, aunque sólo para mí, y sólo desde hace unos momentos. Siento algo que pensé era imposible. Siento vida. Siento fuerza. Siento un brillo en mi mirada. Hoy me ha hecho pensar en cosas, hechos, pensamientos, emociones.

Hoy he visto algo nuevo, un resplandor, una luz fugaz, de esas que se clavan justo en el centro de uno.

Aun no vislumbro claramente lo que es, o si su presencia es benigna o maligna. Sólo sé que algo dentro de mí se sacudió, enérgicamente, desde lo más profundo, y fue este algo lo que me hizo pensar en varias cosas, me hizo pensar en el amor.

Yo alguna vez conocí el sentimiento. Alguna vez navegó por mis venas e inundó mi ser. Luego lo perdí. Desde entonces no soy el mismo, desde entonces cambié.  Por mucho tiempo me he preguntado si volveré a experimentarlo, si podré sentir de nuevo eso que te congela por dentro, que te hace invencible. Por mucho tiempo he tratado de ver mi futuro, de descifrar mi pasado, y de dibujar mi presente.

Sé que hoy algo ocurrió dentro de mí, que tiene que ver con eso, con el amor y con mi capacidad de amar.  En realidad sigo sin saber la respuesta. Trato de mirarme a mí mismo, prístino y sin agregados. Trato de comprenderme y de distinguir, vagamente entre las traslúcidas sombras que forman mi existir, y encontrar en el fondo abismal una muestra, una señal, que me diga si volveré a amar.

Trágicamente aún no puedo ver a través de los fantasmas. Existe la posibilidad de que surja dentro de mí un amor, un verdadero amor. Pero también puede que vea mi fin antes de poder sentirlo correr nuevamente.

Justo ahora percibo una llama, un fuego danzante que se agita, que baila al ritmo de una canción que aún no escucho. Siento un ligero cambio; una necesidad de cambio. Siento que, después de estar perdido en la inmensidad del vasto mar, puedo ver un punto en el horizonte, allá donde el cielo y agua se funden, que pueda ser tierra firme.

Esta flama me dice que vaya, que me dirija a ese destino, sin mirar atrás, sin titubear.

En muchas ocasiones, tiempo atrás, he oído voces en lo profundo diciéndome cosas, dándome instrucciones, pero eso nunca había sido tan fuerte, tan intenso. Creo que escucharé a este tenaz fuego, ciegamente, y comenzaré este viaje hacia ese punto en el horizonte, que, aunque no puedo ver con claridad, sé que está ahí, y es un lugar a donde se puede llegar.

2 Comentarios

  1. Es muy fácil llegar a ese punto todo es cuestión de que quieras, de persistencia, de cambio, de comunicación,de preguntarse ¿por qué se perdió?
    Para mí, es simplemente dejar fluir ese sentimiento que:

    «Es hielo abrasador, es fuego helado,
    es herida que duele y no se siente,
    es un soñado bien, un mal presente,
    es un breve descanso muy cansado.

    Es un descuido que nos da cuidado,
    un cobarde con nombre de valiente,
    un andar solitario entre la gente,
    un amar solamente ser amado.

    Es una libertad encarcelada,
    que dura hasta el postrero parasismo,
    enfermedad que crece si es curada.»

    Es dejar libre a esto que le llaman Amor…

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