Miro mi reflejo y noto de inmediato algo que resalta. Creo que no veo lo que soy sino lo que fui. Eso significa que, poco a poco, voy retornando a lo que en realidad me debo convertir.
Me miro ahora mismo y noto la fría y cruda mirada a través de la cual solía percibir el mundo. Esos ojos que alguna vez ardieron furiosamente en incesantes llamas ahora se muestran ante mí, con esa misma fuerza, con esa misma ira.
Un hormigueo sacude mi interior y me deja paralizado, convertido y confortado, cobijado y renovado. Siento de nuevo esta fuerza fluyendo en mis venas, llenando poco a poco cada rincón de mí.
Aún no estoy listo, pero vislumbro los avances prominentes. Pronto renaceré y la oscuridad se hará una conmigo. Mi nombre cambiará y nada volverá a ser igual.
Ankhsethamon 