Pensar en las lealtades del pasado no le quita lo amargo a las traiciones del presente.
Autor: Ankhsethamon
Defectos
Una de las principales razones por las que una persona no puede deshacerse de sus defectos es porque los atesora; de alguna manera piensa que estos lo definen y supone que despojarse de estos implicaría perder una parte importante de sí mismo. No es así.
Tolerancia
Las personas a mi alrededor suelen suponer, al ver que nunca grito, lloro ni frunzo el ceño siquiera cuando se me hiere, que seguramente tengo gran tolerancia al dolor. La verdad del asunto es que se equivocan; me duele tanto como a cualquiera. La única diferencia es que no reacciono, porque no me gusta hacer [...]
Desolado Futuro
Te aguarda un sombrío y desolado futuro si riges tu presente por tus miedos del pasado.
Severas Heridas
Una relación fracturada es como cualquier paciente de urgencias; si quieres que sobreviva, tienes que atender primero las más severas heridas.
Humildes Palabras
Increíble lo rápido que puede invertirse una sonrisa, nublarse una mirada, por un par de humildes palabras, por una inocente objeción.
Polvo
Entregar todo tu ser a quien no te corresponde de la misma manera y con la misma intensidad y pasión eventualmente te hará añicos, polvo. Irremediablemente, al final del escabroso sendero, te quedarás sin nada, completamente vacío, mirando con aguda aflicción aquel sombrío y álgido abismo que acogerás en tu atrozmente devastado y agonizante corazón.
Salud
Preocuparse mucho por la salud puede ser perjudicial para la salud.
Irónico
Irónico llorar la partida de alguien a quien uno mismo ahuyentó.
Virtud
Mantenerme entero cuando evidentemente estoy en pedazos es, sin lugar a dudas, mi más impactante virtud.
La Gota
Acibarada es la gota que atesta el vaso.
Rompecabezas
Como amaba los rompecabezas, le rompió el corazón.
Odio
El odio de quien amas es el tósigo más eficaz.
Regocijo
Mi condena es éste, mi infausto maleficio, de ser incapaz de experimentar regocijo.
La Condena [10]

Capítulo Anterior: [9] La Vereda Capítulo 10. La Condena No logro evocar cuántos tragos de rancio coñac había ingerido para entonces; sólo recuerdo el suave y seductor jazz acariciando con quimérica ternura mi abrasadora decadencia. En algún momento de la infausta velada, cerca de la hora más oscura, tomaron asiento a mi lado dos recónditas [...]
La Condena [9]

Capítulo Anterior: [8] El Embrujo Capítulo 9. La Vereda Al despertar bajo el tibio abrigo de mi desolado hogar, no pude evitar presumir en primera instancia que todo aquello no había sido más que otro de mis descabellados e inquietantes alucinamientos nocturnos. Pero entonces, de pronto, el punzante ardor de la fresca cicatriz sobre mi [...]
La Condena [8]

Capítulo Anterior: [7] La Silueta Capítulo 8. El Embrujo Nunca logré descifrar cómo es que aquella enigmática criatura conocía tanto sobre mí. No sólo sabía quién era yo, sino que además estaba enteramente al tanto del atroz y desgarrador infierno por el que estaba atravesando. Si algo me cascaba el alma en ese momento más [...]
La Condena [7]

Capítulo Anterior: [6] La Estatuilla Capítulo 7. La Silueta No tenía miedo, a pesar de que la negrura se tornaba cada vez más pesada y penetrante. El callejón parecía eterno, como si se volviese más y más estrecho con cada paso de mi andar. Mi cuerpo se movía casi por sí mismo, seducido por aquella [...]
Malsano
Querer a alguien que no corresponde el sentimiento es de las cosas más malsanas que conozco.
A Sabiendas
Las heridas más difíciles de perdonar son las que se causan a sabiendas.